The Cathedral of St. Philip - Atlanta, GA

Pez, Pescados y Pescadores

Un sermón de Padre Juan Sandoval
Epifania 3 – Año B

 

La semana antes Dios hablo a Samuel durante la noche. El contesto a Dios, He aquí, su siervo está escuchando. Esta semana la primera lectura es Jonás. El Señor llama a Jonás que vaya a Nínive y encontrará un pueblo de maldad. Dios le da palabras para entregar a Nínive, pero en vez de proclamar en mensaje de Dios, decidió correr de ese pueblo. Jonás huye del Señor. Se fue en otra dirección a Tarsis en una barca. Jonás no contesto a Dios como Samuel. Jonás llega a una barca y se mete abajo. Sucede que encuentran una tormenta en el mar y está azotando la barca. Los marineros tenían mucho miedo. Oraban a Dios, pero todavía seguía la tormenta. Jonás les dice que lo tiren al mar se desean salvarse. Láncenme al mar y el mar dejará de azotarles. Luego en el mar, Jonás fue tragado por un pez muy grande. Él estuvo en el vientre del pez por tres días hasta que el pez lo vomitó en la tierra firma. Al fin Jonás comienza su viaje a Nínive. Para cruzar este pueblo necesitaba tres días. Cuando llegó el segundo día, Jonás estaba casi en medio y anunció el mensaje de Dios proclamó estas palabras, ´dentro cuarenta días Nínive será destruida¨ La gente de Nínive lo creyeron y declararon ayunar, todos se pusieron en luto como una señal de arrepentimiento. Así cuando el Rey oyó esto, él proclamo que ninguna persona o animal debe de comer o beber y serán vestidos en luto.

Con esto, Dios cambio su mente y dejo de destruir Nínive como había anunciado. Jonás estaba furioso con Dios por no hacer lo que dijo que iba hacer. Ah, pero no es la primera vez que Dios cambia sus acciones. Recuerden durante el tiempo de Moisés, en Éxodo, El Señor es clemente y compasivo, grande en amor y fidelidad, pero castiga la maldad de los padres e hijos y los nietos hasta la cuarta generación. 

A través de la Biblia encontramos frases que nos hablan de pez, pescados y pescadores. Comienza en Génesis, Ezequiel, Job y luego en los Evangelios de Juan, Marcos, Lucas y Mateo. 

Después de su gran sermón, hay cinco mil hombres y familias. Jesús desea darles algo de comer, pero solamente hay cinco panes y dos pescados. Jesús los bendice y pasan las canastas y había bastante para que todos pudieron comer y todavía sobraba doce canastas de pedazos de pan y pescado.

Esto sucedió después de su resurrección. Jesús les dice que tiran la red al otro lado de la barca a pesar de que no habían cogido pescados toda la noche, lo hicieron y cogieron tantos pescados, pero no rompió la red. Eran pescados de muchos diferentes tipos. Luego Jesús estaba en la orilla y había hecho un fuego e hicieron pescado frito y le dieron a Jesús de comer.

Ahora escuchamos en el Evangelio que Jesús comienza su ministerio en llamar a pescadores. Primero Jesús llama a Simón y Andrés. Luego llama a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo. Todos son personas ordinarias

También la semana pasada escuchamos Jesús en llamar a Nataniel para ser uno de sus discípulos. Síganme dijo Jesús, con esto se fue Nataniel. Esta semana, en el Evangelio escuchamos Jesús llamar a cuatro otros. Cuatro pescadores, Simón y Andrés. Les llama con, Síganme. Yo los haré pescadores de hombres. Ellos dejan lo que están haciendo y lo siguen.

Ustedes serán pescadores de hombres. Otra vez, Jesús a escogido unos hombres ordinarios. No eran ricos, no eran poderosos, no eran educados y pues solamente eran ordinarios, pero cada uno fue escogido por Jesús. 

Con Jesús, esto pescadores dejan su padre Zebedeo inmediatamente y siguen a Jesús para arrepentirse y oír las buenas noticias. Lo que sí es interesante es que parece que estos hombres siguieron a Jesús sin tener idea del futuro. De verás no sabemos mucho de los discípulos. Así Jesús comienza su ministerio en el mundo. Un ministerio de sanar, perdonar y transformar. 

Nosotros, como estos hombres ordinarios, somos llamados por Jesús y a pesar de nuestro nivel social, educación o trabajo. Quizás es que Dios ya tiene una intención para cada uno de nosotros. Quizás la vocación cristiana va más allá, no aplica solamente a esas vocaciones ordenadas, sino que abarca todas aquellas vocaciones que, por el bautismo, los fieles en nuestras comunidades de Fe descubran como miembros y ministerios del Cuerpo de Cristo. La llamada de Dios es siempre una llamada a un futuro incierto. Nunca sabemos lo que nos trae con el futuro, pero siempre debemos compartir los dones y talentos que Dios nos ha regalado. Nuestro Dios de clemencia, Dios de Bondad, Dios de Amor y Dios de misericordia. Recuerden que Dios es para uno y para todos. Devolvemos amor a un Dios quien es un Dios todopoderoso. Si estamos dentro un Pez o somos pescados o somos pescadores de hombres, siempre oramos a Dios y le damos adoración, alabanzas y nuestro amor. También debemos amar a nuestras familias y nuestros prójimos. 

Por sus votos bautismales, ¨Buscarás y servirás a Cristo en todas las personas, ¿amando a tu prójimo como a ti mismo? ¨ Así lo haré con el auxilio de Dios. 

AMEN