The Cathedral of St. Philip - Atlanta, GA

Miercóles de Ceniza

Un sermón de Padre Juan Sandoval
Miercóles de Ceniza

 

Hoy es el primer día de la Cuaresma. Cuarenta días y Cuarenta noches. Dios de toda misericordia, Dios de remisión, Dios de perdón perfecto nos recuerda que somos polvo y a polvo volveremos. Es tiempo de humildad como Nuestro Señor Jesucristo.

Esta estación nos invita a vivir un tiempo de penitencia y reconciliación. El Señor nos ama y nos perdona nuestros pecados si nos acercamos a Él con un corazón penitente.

En el mundo antiguo, dar limosna, orar y ayunar eran signos de santidad y devoción, pero llevar cenizas no lo era. En lugar de servir para declarar nuestra santidad, llevar cenizas es literalmente una proclamación de que somos pecadores, nuestra mortalidad, nuestra finitud. En el mundo antiguo, andar vestido de cenizas y de cilicio era decirle a todo el mundo: “¡Realmente, realmente lo he arruinado!”. No soy nada, menos que nada; literalmente, sólo un puñado de polvo.

Al usar cenizas el Miércoles de Ceniza, no estamos mostrando qué buenos cristianos somos, sino ¡qué terribles cristianos somos! Nuestras cenizas proclaman que no hemos seguido el camino de Cristo, volviéndose cada uno por su propio camino como ovejas perdidas. Que cada uno de nosotros ha sido abrumado por el orgullo, por el egoísmo, por la crueldad, por la ira. 

También es tiempo para acercarnos, en esta época a él Bosquejo de Fe, la catequesis. Nos ayuda conocer más de nuestra fe. ¿Qué es pecado? Seguir nuestra voluntad en lugar de la de Dios deformando así nuestra relación con Él y con otras personas y toda la creación. También se puede decir de alejarnos del pecado y acercarnos a Dios. 

Esta tarde ponemos en cada uno una seña que es visible cuando hagamos la imposición de cenizas con las cenizas de las palmas de año pasado. Es tiempo para recordar los votos bautismales que digamos cuando renovamos nuestros votos. ¿Cuáles son las cosas que hemos hecho y las cosas que hemos dejado de hacer?

Pecados, todos hemo pecado durante nuestra vida. Hemos tenido nuestras tentaciones. También Jesús tuvo sus tentaciones cuando después de ser bautizado se fue a una montaña para orar y estar solo. Pero recuerdan que Satanás llego y puso Jesús a prueba con las tentaciones. Jesús estuvo en la montaña por 40 días y 40 noches. Cuando Jesús rechazó Satanás, al fin los ángeles lo cuidaron. 

Hoy comenzamos la temporada de Cuaresma, tiempo de hacer nuestras ofrendas de si mismo. Es tiempo de introspección, es decir ver en nosotros, cada uno como vemos en un espejo y vemos nuestro ser físico. Pero Dios espera que vemos adentro de nosotros, de nuestra ser espiritual.

Es tiempo de orar, tiempo de ayunar, es tiempo de dar fuerza a su relación con Dios. 

¿cual será su ofrenda este año?

¿Estas orando más para acercarse a Dios?

¿Cuándo haces tu ayuno? 

¿Dónde está su Corazón? ¿Das tu corazón a Dios?

Hoy comienza su viaje, sus cuarenta días hacia la Semana Santa.

AMEN.