The Cathedral of St. Philip - Atlanta, GA

Los Cuarenta Días

Un sermón de Padre Juan Sandoval
Cuaresma 1 Año B 

 

La palabra "cuarenta" aparece 158 veces en la Biblia. El número 40 generalmente simboliza un período de prueba, juicio o probación. También puede significar o simbolizar una generación del hombre. La vida de Moisés, como ejemplo de prueba y prueba, se puede dividir en tres bloques de 40 años. 

Los primeros 40 años de la vida de Moisés le implican crecer en la casa de Faraón y vivir en Egipto hasta que mata a un hombre y tiene que huir a Madián. La segunda parte de su vida la pasa como pastor en el desierto hasta que Dios lo llama a los 80 años para salvar a su pueblo. Durante el último tercio de su vida saca a los israelitas de Egipto y vaga por el desierto hasta morir a los 120 años. 

Moisés también estuvo en el Monte Sinaí, en dos ocasiones distintas, durante 40 días y 40 noches (Éxodo 24:18, 34:1 - 28) para recibir las leyes de Dios. También envió espías, durante cuarenta días, para investigar la tierra que Dios prometió a los israelitas como herencia (Números 13:25, 14:34). 

Elías pasó 40 días sin comida ni agua en el monte Horeb. Jesús fue tentado por satanás muchas veces durante los 40 días completos que ayunó al comienzo de su ministerio en el año 26 d.C. 

Hace unos días que comenzó la temporada de Cuaresma. El día que recordamos que somos polvo y a polvo volveremos. Dios nos hizo de polvo y al fin de esta vida terrenal, volveremos a polvo. La Cuaresma, cuarenta días. Tiempo de meditación, tiempo de oración, tiempo de ayunar, tiempo de transformación. 

Las lecturas de hoy nos hablan en Génesis de Noé. Dios hablo a Noé de lo que venía. Una lluvia fuerte que sería por cuarenta días. Dios le dio instrucciones en cómo construir la barca y luego como llenarla con animales de todos tipos, dos por dos. El diluvio destruyo a hombres y animales, pero no a Noé y su familia. Cuando Dios vio lo que hizo, hizo un pacto con Noé y todos sus descendientes. Mi alianza con ustedes no cambiará: no volveré a destruir a los hombres y animales con un diluvio. Ya no volverá a haber otro diluvio que destruya la tierra. 

Agua, algo que necesitamos para vivir, pero también algo tan peligrosa. Si no tenemos para beber, moriremos. Pero si tenemos demasiado, podemos ahogarnos y moriremos. 

¡Cuarenta! 

El Evangelio comienza casi inmediatamente después de su Bautismo en el Rio Jordán. Jesús fue donde Juan el bautista está bautizando en el Rio. Nos dice que cuando Jesús salió del rio, los cielos fueron rompidos y el Espíritu descendió sobre Él. Luego Jesús oyó una voz de los cielos que dijo, ´tú eres mi Hijo amado, a quien yo he elegido. ´ Salió del rio y el Espíritu lo envió al desierto por cuarenta días. 

Jesús tuvo sus tentaciones en el desierto. Tuvo tentaciones porque satanás lo puso a prueba. Muchos teológicos han escrito que piensan que Jesús fue poseído estos días para conocer quién era y como luchar o expulsar demonios y otros poderes malignos. También con esto, Jesús pudo conocerse bien. Esta estación es una guía para nosotros, para enforcarnos, para ver en el espejo y para confesarnos y arrepentirnos a Dios. Nosotros siempre tenemos nuestro desierto con tentaciones y Satanás nos espera para saltar a nosotros. Necesitamos aprender de lo que hemos experimentado, de nuestros pecados, de nuestro desierto. ¿Como es su desierto? ¿Como puede llegar a ser penitente? ¿Como podemos arrepentirnos?

Somos seres humanos y si tenemos nuestras tentaciones. También tenemos nuestras luchas y también tenemos tiempo esta Cuaresma para reflejar, para confesar, para arrepentirnos y para llegar a un camino derecho. El Espíritu está con nosotros como estuvo con Jesús. Es el mismo Espíritu. 

Jesús fue servido por ángeles de Dios. Nosotros, cuando no esperamos, llega un ángel, quizás no los conocemos como ángeles, pero si llegan para ayudarnos en tiempos difíciles. El Espíritu está con nosotros también para guiarnos en estos tiempos. 

Vuélvanse a Dios y acéptenlo con FE, acepten las buenas noticias. Con esto Jesús comienza su batalla contra poderes malignos, poderes que son autoridades, todos poderes contra Dios. Nosotros comenzamos también. Así, mis Hermanas y Hermanos, esta temporada de Cuaresma es muy importante y que nos despedimos a orar a Dios para hacer un autoexamen de consciencia, para confesarnos y para arrepentirnos con oración continuamente y ayunar. Esta es su Cuaresma, días para renovarse, para cambiar su vida, para transformarse y resistir toda tentación y servir a otras personas como Cristo nos enseñó. AMEN